El edificio

Hasta hace poco, los edificios y viviendas les pedíamos requisitos arquitectónicos fundamentalmente de seguridad, de salubridad, y de imagen. Hoy es imprescindible añadir aspectos tan inexcusables como la eficiencia energética, el aprovechamiento del agua, la incorporación de energías renovables, la supresión de materiales peligrosos, la accesibilidad, la reutilización, el ciclo de vida de materiales y de la edificio …

Más del 30% de los edificios destinados a viviendas son anteriores a los años 60. Una parte de los mismos sufre problemas estructurales, de salubridad y de imagen, y la mayoría tienen necesidades de incorporar mejoras en las instalaciones y en la accesibilidad. Aproximadamente otro 30% de los edificios existentes-el grueso del parque edificado construido entre los años 60 y los 80 -, además de compartir en algunos casos las mismas necesidades que los edificios más antiguos, sufren patologías derivadas de la pésima construcción que supuso el rápido crecimiento sufrido en esta etapa por lo que, en general, son edificios muy poco eficientes que generan grandes costes energéticos. El resto de edificios, los construidos a partir de los años 80, son edificios que podríamos llamar “normalizados”, ya que tienen unos requisitos de calidad estandarizados, que han ido evolucionando progresivamente en el tiempo, por lo que se puede decir que son edificios que cuentan con materiales aislantes térmicos, están impermeabilizados según unas normativas, sus estructuras cumplen criterios de mayor exigencia en cuanto a solidez y estabilidad, y sus instalaciones son más seguras. Las exigencias actuales marcadas por el cambio climático y la progresiva degradación medioambiental hacen que los principales requisitos exigidos a los edificios que tradicionalmente han estado centrados en la solidez estructural, la estanqueidad de cubiertas y la mejora en la imagen, ahora se añadan la eficiencia energética , el aprovechamiento del agua, los materiales sostenibles, la reducción de residuos … Todo un abanico de acciones rodeando los edificios que sólo tienen efecto con un buen uso y un mantenimiento cuidadoso.

La rutina de mantener y cuidar de nuestros edificios y viviendas ha sido siempre una necesidad ineludible al ser éste el bien más costoso que las familias adquieren a lo largo de su vida. Son diferentes los aspectos que los usuarios pueden requerir: salubridad, mejora del confort interior, seguridad, ahorro energético, mejoras estéticas… Además, hay unos requisitos legales y normativos que edificios y viviendas deben ir cumpliendo: el Informe de Evaluación del Edificio (IEE), la anterior Inspección Técnica del Edificio (ITE), la Cédula de habitabilidad de la vivienda y el Certificado de eficiencia energética son algunos ejemplos de los documentos acreditativos que se han incorporado de forma obligatoria a la documentación de edificios y viviendas existentes. También otros parámetros como la accesibilidad, la eficiencia energética o la mejora en los materiales, hacen que edificios y viviendas sean más confortables y respetuosos con el medio ambiente. Podéis encontrar información específica en: